Tratamiento artritis reumatoide y psoriásica

La artritis reumatoide es una enfermedad crónica de naturaleza autoinmune que se produce cuando el sistema inmunitario destruye el cartílago o el revestimiento de las articulaciones, lo que provoca rigidez, dolor e inflamación articular, así como una reducción progresiva de la movilidad de la articulación afectada o incluso deformidades en ésta.

En algunos casos la artritis reumatoide puede no solo afectar a varias articulaciones, sino a otros sistemas corporales como la piel, los ojos, el corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos pudiendo provocar una importante discapacidad física. Es por ello que el diagnóstico temprano de la enfermedad puede ser vital, aunque resulta complicado puesto que puede presentar síntomas inespecíficos como malestar o cansancio.

El diagnóstico precoz de la artritis reumatoide puede frenar el deterioro de los tejidos.

La artritis reumatoide tiene mayor incidencia entre las mujeres adultas, pero sus síntomas pueden darse en ambos sexos y a cualquier edad.

Síntomas de la artritis reumatoide y psoriásica

Los síntomas de la artritis reumatoide pueden variar mucho de un paciente a otro, ya que la enfermedad evoluciona de un modo distinto en función del tratamiento y sus causas. En algunos casos, la evolución de la enfermedad puede detenerse y en otros progresar progresivamente de forma que los síntomas aparezcan y desaparezcan de forma intermitente.

Aunque puede afectar a todas las articulaciones, se presenta especialmente en las articulaciones pequeñas de las manos y los pies afectando a los pacientes en la mayoría de los casos, de forma simétrica, es decir, a ambos lados del cuerpo al mismo tiempo y en la misma medida.

La artritis reumatoide es una patología que se presenta con frecuencia en las articulaciones pequeñas de las manos y los pies.

Dentro de los síntomas de la artritis reumatoide podemos distinguir entre aquellos que afectan a las articulaciones y aquellos que no.

  • Síntomas que afectan a las articulaciones: dolor; rigidez; hinchazón, calor y enrojecimiento; movilidad limitada; temblores; pérdida progresiva de fuerza; deformación de la articulación afectada.
  • Síntomas adicionales o extra articulares: cansancio y fatiga; dificultad para respirar; depresión; fiebre sin causa justificada; agrandamiento de ganglios linfáticos; aparición de erosiones en la piel y /o boca; transpiración; problemas digestivos como gases, inflamación abdominal, estreñimiento o diarrea o pérdida de peso.

Entre los síntomas de la artritis reumatoide podemos distinguir entre síntomas que afectan a una o varias articulaciones y síntomas adicionales.

Causas de la artritis reumatoide y psoriásica

Aproximadamente el 80% de las personas que padecen artritis reumatoide presentan anomalías genéticas en varios genes distintos que, por mecanismos muy diversos y complejos, les predisponen a padecerla, aunque son los factores externos los que hacen que terminen desencadenando la enfermedad.

Dentro de esos factores externos, encontramos:

  • Infecciones provocadas por bacterias o virus, agravadas por una candidiasis crónica intestinal.
  • Estrés oxidativo
  • Tabaquismo y obesidad
  • Intoxicación por metales pesados
  • Intolerancias alimenticias
  • pH ácido en los tejidos
  • Cambios o mutaciones genéticas espontáneas en los genes que regulan la fabricación de las moléculas que intervienen en los procesos inflamatorios

Tratamiento de la artritis reumatoide y psoriásica

A la hora de tratar la artritis reumatoide, la medicina biológica, se centra en detener el avance de la enfermedad y reparar el sistema inmunitario. Utiliza para ello técnicas punteras en el tratamiento del dolor y la inflamación como son la ozonoterapia, ozonoterapia; la magnetoterapia focal; la terapia de bioregulación electromagnética; la acupuntura; la fototerapia; la hidroterapia de colon; la aféresis terapéutica; hipertermia corporal y molecular; homeopatía; fitoterapia; medicina ortomolecular; biomedicina inmunogenética, terapia celular o medicina regenerativa.

La medicina biológica se centra en frenar el dolor y los aspectos sintomáticos para detener el avance de la enfermedad.