Síndrome de Sjögren

El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune que afecta a las glándulas de secreción externa, o glándulas exocrinas, que son atacadas por los linfocitos. Como consecuencia de este ataque, aparece sequedad acompañado dolor articular e inflamación que habitualmente se localizan en las glándulas lagrimales y salivales.

Entre los primeros síntomas que aparecen cuando se padece el Síndrome de Sjögren está la sequedad en las mucosas y el dolor articular.

Tipos del Síndrome de Sjögren que existen

Podemos distinguir dos tipos de Síndrome de Sjögren:

  • Síndrome de Sjögren primario: que afecta a las glándulas exocrinas, o de secreción externa, y que generan diferentes sustancias no hormonales con una función específica como puedan ser las glándulas sudoríparas, las glándulas sebáceas, las lagrimales, salivales, mamarias, el páncreas, hígado, la próstata, etc.

Este tipo de Síndrome de Sjögren aparece sin la presencia de otra enfermedad autoinmune asociada.

  • Síndrome de Sjögren secundario o asociado a otras enfermedades: se trata de una enfermedad que trae asociada otras enfermedades autoinmunes como puedan ser la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la esclerodermia, la cirrosis biliar, tiroiditis, miopatías inflamatorias u otras enfermedades reumatológicas.

Síntomas del Síndrome de Sjögren

La enfermedad de Sjögren es además de una enfermedad autoinmune, una enfermedad sistémica, es decir, que puede afectar a cualquier órgano del cuerpo provocando una gran variedad de síntomas lo que hace que en ocasiones resulte difícil de diagnosticar.

Por otro lado, el Síndrome de Sjögren es una enfermedad con una progresión muy lenta, lo que hace que puedan llegar a pasar años desde el comienzo de los síntomas en el paciente y el diagnóstico de la enfermedad.

El Síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune, sistémica y de progresión muy lenta.

Entre los síntomas más frecuentes del Síndrome de Sjögren está la disminución de lágrimas, saliva, sudor, así como secreciones vaginales, intestinales o bronquiales, con la consiguiente sequedad que ello conlleva. No obstante, estos síntomas son de carácter leve y habitualmente quienes padecen el síndrome de Sjögren pueden llevar una vida completamente normal.

Por otro lado, entre los síntomas menos frecuentes, encontramos: dolor articular, problemas de visión, erupciones cutáneas, caries, candidiasis, cáncer hematológico (linfoma), fatiga, así como dolencias relacionadas con el pulmón, el hígado o los riñones.

Causas del Síndrome de Sjögren

Tal y como sucede con muchas otras enfermedades autoinmunes, no hay una causa concreta que provoque la aparición del Síndrome de Sjögren sino que hay una serie de factores de riesgo que pueden confluir y desencadenarlo:

  • Aspectos genéticos
  • Haber padecido con anterioridad lupus eritematoso sistémico o artritis reumatoide ya que aproximadamente entre el 20 – 30% de los pacientes con estas enfermedades autoinmunes, pueden padecer un Síndrome de Sjögren asociado.
  • Ser mujer y tener más de 40 años, pues se relaciona con la menopausia, que habitualmente aparece en las mujeres entre los 45-55 años y en ocasiones su diagnóstico se confunde precisamente con los síntomas habituales de la menopausia.

Aunque es más habitual entre las mujeres de más de 40 años, el Síndrome de Sjögren puede darse en ambos sexos y en todas las edades.

Tratamiento del Síndrome de Sjögren

Lamentablemente, no existe una única prueba diagnóstica que resulte concluyente a la hora de diagnosticar el Síndrome de Sjögren.

La medicina biológica, a la hora de tratar el síndrome de Sjögren, comienza analizando en primer lugar la carga genética del paciente, así como los factores externos que hayan podido resultar desencadenantes. Posteriormente, lleva a cabo analíticas; pruebas oftalmológicas para determinar el grado de sequedad ocular y las posibles lesiones derivadas de ésta; o biopsias de las glándulas salivares, si fuese necesario.

En el caso de que las pruebas anteriormente citadas revelen que se trata de un Síndrome de Sjögren, continúa evaluando el grado de afectación del sistema inmunitario para posteriormente establecer un tratamiento personalizado adaptado a cada paciente.