Síndrome de Reiter
El síndrome de Reiter es una enfermedad autoinmune que desencadena un proceso de inflamación articular que provoca artritis reactiva, generando rigidez y pérdida de la capacidad de movilidad y que puede traer consigo otras infecciones asociadas como pueden ser uretritis, uveítis o conjuntivitis.
Síntomas del Síndrome de Reiter
Los síntomas del síndrome de Reiter pueden aparecer y desaparecer en unas semanas o también prolongarse durante meses. También puede suceder que se manifiesten y no vuelvan a aparecer en años.
El 50% de quienes padecen el Síndrome de Reiter experimentan los síntomas y no vuelven a manifestarlos hasta años después.
Los síntomas del Síndrome de Reiter más comunes están relacionados con:
- La uretra: dolor o dificultad al orinar, frecuencia excesiva, dificultad de control de la orina, cistitis, hematuria o procitis.
- Los ojos: provocando conjuntivitis, enrojecimiento de los ojos, fiebre baja o uveítis.
- La piel: provocando lesiones cutáneas o úlceras, especialmente en la mucosa oral, la lengua, el paladar o los labios.
- Las articulaciones: dolor en los talones, tendón de Aquiles, en articulaciones de carga como la cadera, la rodilla o las lumbares.
- Problemas cardiacos: aunque solo sucede en un porcentaje muy bajo de quienes padecen el Síndrome de Reiter, pueden darse afecciones en el ritmo cardiaco o en la válvula aórtica del corazón.
- Otros síntomas: pérdida de peso, falta de apetito o fatiga.
Causas del Síndrome de Reiter
Aunque el origen exacto del Síndrome de Reiter es desconocido, existen factores de riesgo como, por ejemplo:
- Una uretritis (infección de uretra) contraída por mantener relaciones sexuales sin protección.
- Una infección intestinal consecuencia de una intoxicación alimentaria provocada por una bacteria como por ejemplo, la salmonelosis.
- Carga genética, especialmente si algún familiar de grado uno la ha sufrido anteriormente.
Prevención del Síndrome de Reiter
Existen prácticas para mantener una vida sana, que, aunque son de carácter general, pueden ser de utilidad a la hora de prevenir el Síndrome de Reiter:
- Utilizar métodos de barrera a la hora de mantener relaciones sexuales para evitar las infecciones de transmisión sexual.
- Mantener una buena higiene de manos lavándolas siempre antes de comer o cocinar alimentos.
- Consumir alimentos que reúnan las condiciones de salud necesarias para asegurarnos de que no nos provocarán ningún tipo de infección intestinal.
- Practicar actividad física de manera regular para evitar la rigidez de músculos y articulaciones.
Las pautas para mantener una vida sana pueden ser la mejor prevención del Síndrome de Reiter.
Tratamiento del Síndrome de Reiter
La medicina tradicional, a la hora de tratar el Síndrome de Reiter, se centra en aliviar los síntomas que desencadena. Si se trata de artritis, prescribe reposo hasta que la inflamación en las articulaciones remite. Posteriormente, se puede recurrir a la fisioterapia para recuperar la movilidad de las articulaciones afectadas.
Si los síntomas que experimenta el enfermo de Síndrome de Reiter están vinculados a alguna infección de transmisión sexual, se recurrirá a un tratamiento con antibióticos o, si se prolongara en el tiempo, a los corticoides.
Por último, para el caso de la conjuntivitis, no existe un tratamiento específico, a no ser que se produzcan complicaciones y se termine convirtiendo en un problema oftalmológico más grave.
Por su parte, la medicina biológica a la hora de tratar el Síndrome de Reiter comienza por el estudio de la historia clínica del paciente, así como por una serie de pruebas diagnósticas que realiza para determinar cuál es el origen de la enfermedad.
Posteriormente, se centra en regular el sistema inmunitario para reducir las inflamaciones permanentes que se han producido. A continuación, la medicina biológica aplica las técnicas más adecuadas para detener la evolución de la enfermedad y que el paciente vuelva a la normalidad sin experimentar ninguna clase de dolor ni de disfunción en su movilidad.