Tiroiditis de Hashimoto
La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune que surge cuando el sistema inmunitario ataca a la glándula tiroidea provocando su destrucción progresiva, algo que puede terminar desencadenando en hipotiroidismo.
La tiroiditis de Hashimoto provoca la inflamación de la tiroides impidiendo su correcto funcionamiento.
La glándula tiroides o glándula tiroidea se localiza en la parte delantera del cuello y su misión es generar hormonas tiroideas y volcarlas al torrente sanguíneo para que lleguen a todos los tejidos del cuerpo. Estas hormonas cumplen funciones como ayudar a nuestro organismo a utilizar la energía, mantener la temperatura corporal y en general, al buen funcionamiento del cerebro, el corazón y los músculos.
Síntomas de la Tiroiditis de Hashimoto
La afectación de la glándula tiroides en la tiroiditis de Hashimoto es progresiva, por lo que los síntomas en quienes la padecen pueden tardar en manifestarse, complicando su diagnóstico. No obstante, entre los síntomas que podemos apreciar, se encuentran:
- Bocio (agrandamiento de la tiroides): especialmente cuando la enfermedad ya ha evolucionado.
- Depresión y otro tipo de enfermedades psiquiátricas, pues la tiroiditis impide el buen funcionamiento de la tiroides y ésta es fundamental para el buen funcionamiento del cerebro.
- Cansancio y fatiga.
- Estreñimiento.
- Aumento de la sensibilidad al frío.
- Piel seca.
- Dolores musculares.
- Dificultad para pensar y concentrarse.
- Lentitud en los movimientos.
- Aumento de peso inexplicable.
- En las mujeres, menstruaciones irregulares y más fuertes de lo normal.
Causas de la Tiroiditis de Hashimoto
Aunque no se ha podido, de momento, definir una causa única desencadenante de la tiroiditis crónica, sí se sabe que hay una serie de factores de riesgo que incrementan las posibilidades de desarrollarla:
- Factores genéticos.
- Antecedentes familiares: especialmente en familiares de primer grado que hayan padecido la enfermedad con anterioridad o la padezcan.
- Ser mujer: Esta patología autoinmune, afecta al 10% de la población femenina de menos de 45 años y al 20% de la población femenina de más de 45 años.
- Haber padecido una tiroiditis posparto: aunque muchos de los problemas de tiroides que se producen durante el embarazo y tras el parto suelen desaparecer en los 12-18 meses posteriores, las mujeres que han padecido tiroiditis posparto tienen más probabilidades de padecer una tiroiditis crónica.
- Haber padecido trastornos endocrinos de carácter autoinmune.
- Haber padecido síndrome autoinmunitario poligrandular.
Diagnóstico de la Tiroiditis de Hashimoto
A la hora de diagnosticar esta enfermedad autoinmune, pueden darse dos escenarios. Uno es que el paciente acuda al médico porque presente síntomas como bocio y el examen físico y las pruebas de laboratorio terminen confirmando que se trata de Tiroiditis de Hashimoto.
El bocio es el síntoma más habitual entre quienes padecen Tiroiditis de Hashimoto, y a menudo permite diagnosticarla.
Mientras que el otro, que además permite diagnosticar la enfermedad de forma temprana, es que se detecte la enfermedad en una analítica rutinaria en la que se aprecia una elevación ligera y aislada de TSH en sangre acompañada de niveles normales de hormonas tiroideas y anticuerpos TPO positivos.
Tratamiento de la Tiroiditis de Hashimoto
La medicina biológica, a la hora de tratar pacientes con tiroiditis de Hashimoto, busca en primer lugar las causas de la enfermedad analizando si existen anticuerpos antitiroideos, mitrosomales u otros que ayuden a determinar el nivel de agresión al que se encuentra sometido el sistema inmune.
A continuación, procede al examen físico de la glándula tiroides así como al análisis de parámetros como el TSH en sangre y la enzima TPO.